17 Mayo ○ San Donato

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Nueva salida a la que le teníamos muchas ganas. En esta ocasión nos dirigimos hacia el valle de Goñi para realizar una excursión a la ermita de San Donato.

El año pasado realizamos una salida a esta sierra de Andía pero en la cima fuimos en la dirección contraría hacia los túneles de Lizarraga que es más sencillo.

Parece mentira que hasta hace dos días hiciese una temperatura superior a 30 grados con los cielos rasos. Hoy en cambio nos toca un día muy desapacible que se hace más acusado en la cima a 1.500 metros con una ventolera impresionante que nos dificultaba muchísimo el avanzar, el terreno agarraba mucho al estar bastante húmedo, una espesa niebla que nos imposibilitaba ver más allá de 10 metros y una sensación térmica cercana a los dos grados.

En fin, un día ‘estupendo’, pero como lo teníamos planificado desde hace tiempo, decidimos liarnos y hacerlo ya que además marcaba mejoría del tiempo a partir de las 11h00, cosa que no se cumplió. Así que nos fuimos en tiempo y las familias y amigos que nos esperaban a comer en Aizpún, tuvieron la paciencia de esperarnos para comer. Gracias.

A pesar de todo, lo disfrutamos enormemente aunque un poco apenados de no haber podido disfrutar de las preciosas vistas de la Sakana desde el macizo de Andía.

El recorrido realizado es: Aizpún-Goñi-Ermita San Miguel de Goñi-Ermita San Donato-Urdánoz y Aizpún.

Como he comentado antes, sin viento, con el terreno algo más seco y sin pinchar, bueno, más que pinchar reventé una cámara en un paso de piedras, el tiempo del recorrido se debería de reducir a pesar de que son casi 20 kms de subida y hay bajadas en la sierra que las realizamos con precaución.

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Aparcamos en el inicio de Aizpún donde empezamos nuestra ruta con 20 kms de subida.

Tomamos la carretera hacia Goñi durante poco más de 3 Kms con una ligera pendiente ascendente.

Atravesamos el pueblo dejando la carretera por donde la fuente y tomamos una pista sin dificultad que nos lleva hacia la ermita de San Miguel de Goñi.

Una miniparada y seguimos.

A partir de la ermita se termina la pista y comienza un camino,

que a unos 500 metros aproximadamente, atravesamos una puerta y tomamos el camino de la derecha por un bonito hayedo.

Algunos tramos se distingue el camino y en otros no tanto, de toda formas, cómo disfrutamos del bosque y del continuo ruido al quebrarse las ramas con nuestro paso.

Pero llega un punto en el que el tema se complica, bien por las últimas lluvias

como por lo cerrado del paso y algunas ramas bajas que nos obliga en algunos puntos echar pie a tierra y escuchar los cencerros del ganado que a modo de txalaparta ponen banda sonora a este trayecto.

Pasamos estos puntos complicados y ya se nos abre el monte.

Seguimos subiendo campo a través para tomar la pista de la GR282 que nos inicia en el recorrido de la sierra. Aquí sopla ya un auténtico vendaval y vemos como la niebla se nos va echando encima. Todavía confiábamos en la ventana a partir de media mañana, ilusos.

Tras unos 2 kms, la pista termina y empezamos a sufrir la poca visibilidad y lo pesado del terreno. Aquí ya no hay camino salvo montones de piedras que cada unos cuantos metros van indicando el camino.

Seguimos ascendiendo atravesando algún que otro tramo muy empedrados donde al final tenemos que echar pie a tierra.

Lentamente vamos para arriba y al no divisar nada termina haciéndose un poco pesado.
Finalmente cuando ya estamos casi encima, divisamos la silueta de la ermita a la que se accede portando la bicicleta a través de unos escalones de piedra naturales.

Descansamos un poco tanto fuera como dentro del recinto a la vez que comemos un poco para preparar a vuelta.

Lástima de niebla porque las vistas aquí son espectaculares.

Emprendemos la vuelta hasta llegar a un punto de la GR282 donde tiramos a la izquierda.

De pronto se despeja, la ventana con más de dos horas de retraso, y podemos disfrutar de un bonito descenso de santa Equiteria. Con luz todo cambia.

Terminamos el descenso y desembocamos en unos prados,

donde iremos hacia la izquierda hasta cruzar una alambrada por una puerta que desemboca en una bonita pista con una ligera pendiente que a estas alturas nos hace sufrir un poco,

y que a su vez desemboca en otra mucho más rota, que ya la subimos el año pasado, que tras un rápido descenso nos lleva a Urdánoz. Aquí tomamos una carretera recta de unos 500 metros que une con Aizpún donde nos espera unas buenas alubias rojas y de segundo gorrín, que nos lo hemos ganado.