Ermita de san Bartolomé, Garciriáin y Ballariáin ○ 26 Julio

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Domingo de respiro ante las olas de calor de este verano.

Muy bonita ruta preparada por Txamán con tramos ya recorridos el año pasado en dirección contraria. Algo de carretera pero lo compensa un sendero antes de Ballariáin que aunque corto es muy disfrutón.

El recorrido realizado es: Zuasti Larratxe-Arístregui-Osinaga-Osácar-Beorburu-Nuin-Larráyoz-Marcaláin-Garciriáin-Ballariáin y Zuasti Larratxe.

Salimos mano a mano Txaman y yo.

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Tomamos la carretera NA-1109 camino a Osinaga pasando por Arístregui. Atravesamos Osinaga y continuamos por una calle que termina en camino.

Por pista vamos camino a Osácar,

donde antes de llegar a esta población, tomamos un cruce a izquierdas por una pista que va ascendiendo,

hasta llegar a una explanada donde se ubica la ermita de San Bartolomé de Gorostieta.

En esta ocasión tomamos el camino a la derecha según miras a la ermita, que se encuentra bastante roto y que nos llevará en descenso hasta Berorburu donde continuaremos descendiendo esta vez por carretera durante unos 4 kms aproximadamente hasta llegar a Larráyoz.

Atravesamos esta población por la izquierda para tomar un camino hacia Marcaláin.

Hacemos unos pocos metros más de carretera para llegar a Garciariáin donde a mitad del pueblo a mano derecha hay una bajada que tomaremos

para afrontar la mitad de la subida a los depósitos de agua de Juslapeña.

Como he dicho a media subida, tomamos un desvío a izquierdas en una curva que nos lleva una zona boscosa muy bonita bordeando por el oeste a Ollacarizqueta.

Continuamos por este camino observando unas bonitas vistas de Pamplona y de los montes San Cristóbal y de la Higa de Monreal.

Pasado este tramo despejado, nos volvemos a adentrar en bosque,

y es aquí donde Txaman comenta que se acordaba que este tramo que habíamos hecho el año pasado de subida, tenía que ser muy divertido de bajada y la verdad es que nos encontramos con unos 600 metros de un sendero muy disfrutón y muy bien acondicionado por algún alma generosa.

Con una sonrisa en la cara, afrontamos el pisteo que nos toca de vuelta en dirección a Oteiza,

si bien antes de llegar a casa bordeando la peña de Larragueta, disfrutamos de la última zona arbolada y de un camino bastante roto.